Yves Santamaria. Le parti de l’ennemi? Le Parti communiste français dans la lutte pour la paix, 1947-1958.

Bajo la IV República, los franceses tenían miedo. En los cielos de Corea, los duelos entre pilotos estadounidenses y soviéticos dieron un sabor amargo a la expresión «Guerra Fría». Los tanques soviéticos estaban «a dos etapas de la carrera ciclista del Tour de Francia». Los comentarios del General de Gaulle no se tomaron a la ligera, y los anticomunistas los utilizaron para silenciar al PCF. El PCF, el partido más grande de Francia, declaró su intención de recibir al Ejército Rojo con los brazos abiertos si alguna vez «perseguía a sus agresores» en suelo francés. Divididos entre Washington y Moscú, todavía conmocionados por su derrota ante Alemania, los franceses eran en cualquier caso incapaces de defenderse por sus propios medios.

Acusado por los socialistas de no estar «ni a la izquierda ni a la derecha, sino al Este», el PCF, dirigido por Maurice Thorez, cuya actitud durante la guerra fue objeto de violentas polémicas, intentó sin embargo apoyarse en el capital patriótico adquirido durante la Ocupación.

A partir de los archivos del PCF y de sus opositores (sobre todo la policía), este libro recorre la historia de una organización cuyo Secretario General dijo a Stalin que sentía «el alma de un ciudadano soviético». Mientras el ejército francés luchaba contra fuerzas equipadas por la URSS y las «democracias populares» en Asia (Indochina, Corea) y África (Argelia, Egipto), el PCF se solidarizaba sin fisuras con Moscú en nombre de la paz.