Publicado en El Socialista n° 11, Madrid, 21 de mayo de 1886, p. 3.
Legislación internacional sobre el trabajo.
El Congreso, después de discutir el punto referente a la necesidad de una legislación internacional favorable al trabajo, ha declarado:
1.° Que esta cuestión es de la mayor importancia para el bienestar físico y moral de los trabajadores, y que su solución, no solamente será eficaz para mejorar la condición higiénica de la clase obrera, sino también para atenuar los efectos de la crisis económica, que reviste un carácter internacional.
2.° Que dicha legislación deberá comprender todos los puntos que interesan a los trabajadores, y sobre todo la supresión del trabajo de los niños; reglamentación del trabajo de los adolescentes, combinando el aprendizaje del oficio con la continuación de la instrucción; supresión del trabajo de las mujeres en las industrias en que éste sea incompatible con la naturaleza de la mujer; fijación de una jornada normal de trabajo para los adultos; reglamentación de la higiene en los talleres, fábricas y minas, así como del uso de las sustancias tóxicas en la industria; reglamentación (en la medida que lo exija la utilidad social) del empleo de los nuevos procedimientos industriales que puedan alterar las condiciones del trabajo, dejando sin ocupación a infinidad de obreros, etcétera, etc.
3.° Que se debe obligar al Gobierno belga a que secunde al suizo en la iniciativa tomada por éste para poner en vigor una legislación internacional de trabajo.
4.° Que el Partido Obrero Belga desea se lleve a cabo un Congreso internacional de trabajadores con el fin principal de examinar esta cuestión, y da a su Consejo General el encargo de entenderse con los Partidos Obreros Socialistas de otros países para la celebración de dicho Congreso.
5.° Que es urgente establecer la Federación internacional de los obreros de cada oficio, con objeto de conocer bien las condiciones del trabajo en cada país, los remedios que exigen y los diversos puntos que debe abarcar una legislación internacional sobre el trabajo. Acontecimientos en las cuencas hulleras.
Vistos los acontecimientos que acaban de ensangrentar el país:
Considerando la situación miserable de la clase obrera en Bélgica y la indiferencia de los Gobiernos, liberales y católicos, en todo lo que afecta a la situación de esta clase;
Considerando la falta de instrucción de los trabajadores, de que es responsable el Gobierno;
Considerando la falta de organización de los obreros, debida en su mayor parte a los industriales, que prohíben a los asalariados, bajo pena de privación de trabajo, formar parte de los grupos constituidos al objeto de cuidarse de sus intereses;
El Congreso, deplorando los acontecimientos de Lieja y Charleroi, declara responsable al Gobierno de estos trastornos, envía sus simpatías a sus hermanos de miseria de aquellas comarcas y protesta contra la represión salvaje ordenada por el Gobierno y las ilegalidades cometidas por el general Van der Smissen;
Declara igualmente que la Comisión nombrada por el Gobierno para informar sobre el estado de la clase obrera es inútil, y que deben tomarse medidas inmediatas para mejorar la situación de los trabajadores y conceder a éstos el derecho de sufragio, si se quiere evitar que se reproduzcan desórdenes como los ocurridos ha poco.
Crisis económica.
Respecto a la crisis económica que tantos males está causando en todos los países civilizados, el Congreso estima:
1.° Que la crisis tiene por causa primordial la falta de equilibrio entre la producción y el consumo, habiendo aumentado la primera de un modo extraordinario, merced al maquinismo y a los progresos técnicos de todas clases, y reducido el segundo a medida que los trabajadores ven disminuir sus recursos, y por consecuencia los medios con que poder comprar;
2.° Que este desequilibrio proviene de que la producción no obedece a plan ninguno y sí solamente al azar, empleándose los medios productores con arreglo a la voluntad, el capricho o los intereses inmediatos, bien o mal comprendidos, de los detentadores de la tierra y de los instrumentos de trabajo;
3.° Que, por consiguiente, el equilibrio no podrá establecerse de una manera sólida más que creando una organización social en que la tierra y los instrumentos de trabajo sean propiedad de la sociedad entera, para que ésta arregle por sí misma la producción, basada en las necesidades del consumo indicadas por la estadística;
4.° Que este modo de apropiación de la tierra y de los instrumentos de trabajo exige la intervención de las agrupaciones obreras, a fin de que a la producción social corresponda un justo reparto de la riqueza;
5.° A propósito de la cuestión especial de la crisis en las minas de carbón y canteras en Bélgica, el Congreso declara que corresponde aplicar las ideas emitidas en las resoluciones generales anteriormente indicadas, poniendo en práctica esta doble medida: 1.a Adquisición de las minas por el Estado. 2.a Organización de cámaras sindicales de obreros mineros, que se entenderán con el Estado para llevar a cabo el trabajo de las minas.
El Congreso manifestó además el deseo de que se llegue a un acuerdo entre los socialistas de todos los países.
A propuesta del delegado Fauviaux, acordó el Congreso por unanimidad presentar una acusación contra el general Van der Smissen.
La población de Charleroi fue designada para lugar del próximo Congreso, y Bruselas para residencia del Consejo General del Partido.