AO

ARCHIVO OBRERO

Carta desde Nueva York (12/5/1886)

Publicada en El Socialista n° 14, Madrid, 11 de junio de 1886, pp. 2-3.

CARTA DE AMÉRICA

Nueva York, 12 de mayo de 1886.

La suerte está echada; la brecha en la fortaleza burguesa ha sido abierta por los valientes combatientes, por los obreros organizados de América. La marcha de los batallones obreros se percibe en todo el país como el ruido sordo de la tempestad. La Revolución social se aproxima en la República americana, a pesar de haber dicho los llamados hombres de Estado que no hay cuestión social. La Revolución social en América es el somatén de la misma en Inglaterra, en Francia, en Alemania y en todos los países civilizados. La victoria de los socialistas en un país cualquiera significa la victoria para los socialistas de todos los países, porque el socialismo moderno es internacional.

La jornada del 1.° de mayo será un día de fiesta internacional para los obreros del mundo entero, como lo es el 14 de julio para la burguesía de todos los países.

Los obreros organizados de todos los ramos de la producción han suspendido sus trabajos el 1.° de mayo, y han llevado a cabo manifestaciones imponentes en todas las grandes poblaciones de América. Han acordado que, a partir de este día memorable, todo obrero digno de esto nombre no debe trabajar más que ocho horas por día.

Ocho horas de trabajo,

Ocho horas de descanso,

Ocho horas de educación.

Este es el lema de los obreros manuales o intelectuales, los productores de todas las riquezas. El trabajo debe empezar a las ocho de la mañana y concluir a las cinco de la tarde, con una hora para comer.

En Nueva York la manifestación se componía de 80.000 obreros organizados. A la cabeza marchaba la Sociedad de panaderos (3.250 hombres), con estandartes y bandera roja. Después seguían: la organización Typographia; los carpinteros alemanes (600 hombres); la Unión de mecánicos (300), con un estandarte; la Unión de ebanistas, con banda de música y bandera roja (1.500 hombres); la de tejedores de cintas de seda, con música; los obreros de las Fábricas de azúcar (2.000 hombres), que están en huelga; la Unión internacional de cigarreros (1.000 hombres); los tallistas en madera (300 hombres), con antorchas, estandartes y banda de música; la Progressive Labor-Club, compuesta de más de 3.000 hombres, con luces de bengala; la Unión general de mozos de fonda y de café (250 hombres); la de albañiles alemanes (400 hombres), con una gran bandera, antorchas y banda de música. Después los United Tur cap maxers (300 hombres); la Unión de manguiteros (700 hombres), con música, bandera y antorchas; los zapateros alemanes; las Uniones de obreros constructores, carreteros de coches, carpinteros de obras de fuera, carpinteros de taller americanos y la de confeccionadores. En fin, una gran multitud de Sociedades obreras. Todas estas organizaciones se dirigieron hacia la gran plaza de Union-Square, iluminada con fuegos artificiales, bengalas y farolillos. Once oradores hicieron uso de la palabra en inglés y en alemán, y al final todas las bandas de música tocaron la Marsellesa.

Iguales demostraciones tuvieron lugar en Chicago (40.000 obreros organizados); en Baltimore, 15.000; en Pittsburgo, 10.000; en San Luis, 10.000; en Cineinato, 10.000; en Boston, Filadelfia, Detroit, Milvankee, 10.000; Indianopolis, Louisville, 10.000; Washington, Portland, Rochester, etc., etc.

Los resultados obtenidos son:

En Nueva York los constructores de pianos han ganado la jornada de ocho horas con el mismo salario que antes.

Muchas fábricas de muebles han aceptado la jornada de 8 horas con los mismos salarios.

Otras muchas Sociedades, como las de panaderos, cerveceros y barnizadores, han obtenido la reducción de la jornada de trabajo: los panaderos a 10 horas (trabajaban antes 16), los cerveceros a 10 horas también (trabajaban antes 14), y los barnizadores a 8. Conviene hacer notar aún que los jornales son los mismos, y algunos han aumentado, como les ha sucedido a los cerveceros y panaderos.

En Chicago los carniceros han conseguido las 10 horas y un aumento de salario de 15 por 100; los embaladores 8 horas, con el antiguo jornal; los panaderos 10 horas, con aumento de salario; los carpinteros de taller, los cortadores, los obreros de construcción, los cajistas de imprenta, los mecánicos y herreros y dependientes de droguerías, 8 horas; los cerveceros 8 horas y un aumento en el jornal, de 60 dollars (300 pesetas) que ganaban antes, a 70 dollars (350 pesetas).

En este instante hay más de 40.000 obreros en huelga por la jornada de 8 horas. En Cincinato se ha aceptado en algunas industrias dicha jornada; los obreros de otros ramos se han declarado en huelga pidiendo 8 horas de trabajo y un aumento en el salario de 10 a 20 por 100.

En Pittsburgo, victoria casi completa; hasta en las especerías y almacenes, en número de 100, se ha aceptado la reducción de la jornada. Hay muy pocos huelguistas.

En Baltimore los obreros constructores de pianos-órganos han logrado la jornada de 8 horas; los ebanistas y 2.000 olleros en estaño también. Los obreros de otros ramos están en huelga.

En Boston 70 talleres de carpintería han aceptado la jornada do 8 horas; en otros 12 no quieren aceptar más que la de 9 horas, y los trabajadores de las mismas se encuentran en paro, así como los revocadores de casas y los albañiles.

En Louisville la mayor parte de los trabajadores en tabaco han alcanzado la jornada de 8 horas, y los obreros de otras industrias se hallan en huelga.

En San Luis los fabricantes de muebles han aceptado las 8 horas; el movimiento se generaliza.

En Rochester están en huelga los albañiles y reclaman una jornada de 9 horas y 3 dollars (15 pesetas) por día; los jornaleros y cigarreros piden las 8 horas.

En Washington huelga general, a excepción de los revocadores, que han alcanzado las 8 horas.

En Newark han conseguido las mismas los cigarreros, sombrereros y obreros de las fábricas de máquinas de coser; los carpinteros trabajarán 9 horas desde 1.° de junio.

En Shavonee huelga general de los mineros por la jornada de 8 horas. En todas las minas se han paralizado los trabajos.

En Detroit se han aceptado en muchas fábricas las 8 horas, y se espera ocurra lo mismo en otras; 3.000 cerveceros están en huelga, creyéndose que triunfen muy pronto.

No puede formarse una idea por este breve resumen del gran movimiento obrero americano. Más de 150.000 trabajadores han obtenido la jornada de 8 horas, y 200.000 se hallan en huelga o en tratos a fin de obtenerla. La impresión moral es grandísima y el movimiento arrastra a los obreros no organizados. La burguesía americana está furiosa y hace perseguir por medio de sus jueces vendidos, a los obreros en huelga o a los que proclaman el boycott. La persecución aumenta el ardor de los trabajadores.

¡Vivan nuestros amigos, los enemigos! —R.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *