Publicada en El Socialista n° 6, Madrid, 11 abril 1886, p. 4.
La extraordinaria agitación obrera que existe en este país, a causa de la colosal huelga que se prepara para primeros de mayo, con objeto de plantear la jornada de ocho horas de trabajo, pesa terriblemente sobre los burgueses y les hace adelantarse un poco a los deseos de los obreros. La Cámara de representantes del Ohio, uno de los principales Estados manufactureros de los Estados Unidos, acaba de votar una ley prohibiendo que se trabaje más de ocho horas en todos los talleres y fábricas. En las Cámaras de Kentuky y Kansas se han presentado proposiciones pidiendo que se establezca la jornada de ocho horas.
—Una señorita de este país, miss Foster, acaba de entregar al Comité del Partido Obrero Americano 500 dollars (2.500 pesetas) para que publique una edición inglesa del libro de Federico Engels La situación de la clase obrera en Inglaterra, dada a luz en alemán hace más de cuarenta años. Este libro, precursor del Capital de Carlos Marx, es de grande importancia para el estudio del socialismo científico.
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Seguramente no hay hoy país alguno donde con más frecuencia tengan lugar las huelgas que en la federal república norteamericana. Hasta los niños son arrastrados por el movimiento de resistencia. En Nueva York hubo al principio del mes de marzo dos huelgas de niños de doce a quince años. La primera se declaró en una pastelería por 30 muchachos, que reclamaban una jornada de ocho horas de trabajo y un aumento en su salario de 2,50 pesetas a la semana. Los patronos se negaron a atender esta petición, y los pequeños obreros abandonaron el taller. Al cabo de algunos días su demanda fue aceptada.
La segunda huelga declarada por los niños ha sido en las fábricas de acero de Newark, y dura todavía. Los jóvenes huelguistas reclaman aumento de salario. Los trabajos para llevar a cabo el establecimiento en el próximo mayo de la jornada de ocho horas prosiguen con extraordinaria actividad.
La Sociedad de Carpinteros y Ebanistas ha votado la siguiente resolución: «A partir del 3 de mayo próximo la jornada de ocho horas de trabajo será la jornada normal; se dará cuenta de esta resolución por medio de comunicación impresa a todos los contratistas y patronos; a contar del 3 de mayo próximo ningún miembro de la Cámara sindical de Carpinteros y Ebanistas trabajará en los talleres donde la jornada de ocho horas no haya sido aceptada, ni tampoco en aquellos que sean admitidos carpinteros o ebanistas que no estén asociados.»
Los empleados de los ferrocarriles están otra vez en huelga. A pretexto de hacer respetar la libertad de trabajo, la policía acudió el otro día a Forwoth, donde tuvo un choque con los huelguistas, del cual resultaron algunos muertos y numerosos heridos.
Tratándose de huelgas, ya se sabe, lo mismo en Francia, Bélgica, Suiza o los Estados Unidos, la fuerza pública desempeña en ellos el mismo papel: el de guardián y defensor de los intereses de las Compañías y patronos en contra de los intereses de los obreros que reclaman una mejora cualquiera.